domingo

Deseperaba por demás cuando convergían en esa dirección nuevos cuestionamientos y señales difusas al borde de lo poco imaginable. Comía directo de la lata sus sensaciones más verdaderas, y todo por que alguna vez decidió que sí valía la pena mantenerse oculto más de lo habitual y conocer el desarrollo del juego sin su influencia, tan agotadora por momentos. Lo agobiaba al mismo tiempo que lo hacía creer en las cosas más bellas: sueños cromados, situaciones imaginarias que transcurren en ROMA durante el último festival, una transmisión radial algo descolocada. Agudos ojos pardos que focalizan en escaleras caracol lo acompañan y le dan refugio, todo ello como si nada en realidad sucediera...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vaya belleza de este lugar.
Tan lindas las palabras se ven aquí y cuanto contenido.
Un beso desde algún cuento reciente.
Éxitos