Todos volvíamos a nuestras posiciones.
Sólo que distintos.
Todo era bueno y malo a la vez.
Quizás fuera el comienzo de algo.
O quizás no fuera nada.
Ciertos años el palo borracho de mi casa
da flores descoloridas.
Como si ya no tuviera la fuerza para teñirlas.
Flores pálidas.
Manos pálidas.
Corazones rotos.
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1 comentario:
maravilloso.
te quiero.
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